martes, 26 de abril de 2011

Roseanna / Maj Sjöwall & Per Wahlöö


Criminal Sueco

Gracias a Henning Mankell (creador del investigador Wallander), el policial sueco se puso de moda ya hace varios años. Después vino Largson y su trilogía Millenium (la del bidón de nafta y no sé qué más) que provocó un fanatismo tipo Harry Potter para los que leen solo si lo leen los demás. Y después empezaron a aparecer otros escritores nórdicos (publicados por la editorial RBA) dedicados al suspenso que estaban escondidos debajo de la nieve, aguardando que el calorcito del mercado la derritiera un poco.

Pero los que empezaron todo esto fueron el matrimonio formado por Maj y Per (no sé cuál es cuál: ¿quién puede saberlo?), periodistas y escritores que dieron forma a la Brigada de Homicidios con su principal protagonista Martin Beck (el antecedente directo del nombrado Wallander) durante diez novelas, siendo Roseanna la primera.



Todo se aclara cuando leemos el prólogo escrito por Mankell. Y además de agradable, su lectura resulta muy interesante porque Mankell destaca como virtudes las mismas que él adoptará como escritor tiempo después (Roseanna es del 62): claridad de exposición, descripciones creíbles, relacionar crimen y sociedad (más desarrollado por Mankell).

Comparto un párrafo del prólogo:

Hay un pequeño detalle en el tercer párrafo de la novela que me fascina ahora que vuelvo a toparme con él. La historia comienza a primeros de julio, la fecha se especifica claramente. Una draga entra en el canal, en la provincia de Östergötland. Los autores escriben: «La draga amarró en Borenshult ante la admiración de los niños del pueblo y de un turista vietnamita». ¡Un turista vietnamita en la Suecia de 1965! Algo así sólo podría haber sucedido en alguna rara ocasión, pero aquí los autores están haciendo un guiño al mayor acontecimiento de mi generación, la guerra de Vietnam. Era el período de la posguerra en Suecia, momento en el que el mundo empezaba a abrirse. Merece la pena destacar este detalle, porque los autores tenían una intención políticamente radical para esta serie de novelas sobre la Brigada de Homicidios. Pretendían usar el crimen y la investigación criminal como un espejo en el que se reflejara la sociedad sueca, para más tarde incluir al resto del mundo. Su propósito nunca fue escribir una novela policíaca como forma de entretenimiento. Se dejaron influir e inspirar por el escritor americano Ed McBain. Vieron que había un considerable territorio inexplorado, en el cual las novelas negras podían constituir el marco de historias que contenían una crítica social.

Pero al margen de Mankell: ¿qué tiene de bueno Roseanna? Te lo digo ya mismo: los tiempos muertos. Muertos en el sentido de que los investigadores se la pasan esperando. Hay un homicidio, el de la turista norteamericana Roseanna, en un barco de paseo. Y ahí empieza todo: tratar de saber quién lo hizo y por qué.

Nada nuevo, es verdad. Toda novela policial que se precie parte de dicha premisa. Pero lo que aquí es diferente es la paciencia a largo plazo de los detectives. La mayo parte de la novela es aguardar que aparezcan datos para atrapar al criminal. Y luego hacerle pisar el palito.

Otra cosa que Wallander, el de Mankell, toma es lo humano que es Beck. Es decir: no tiene mucha comunicaciòn con su esposa, le da poca bola a los hijos aunque los quiere, y come poco y mal, ya que tiene problemas digestivos. No se trata entonces de un estereotipo sino de un personaje absolutamente empático y creible.

Beck atrapó al asesino, al final. Maj Sjöwall & Per Wahlöö me atraparon a mí y me devolvieron el goce de la lectura. Es como ir al cine y ver una de suspenso sentado en la punta de la butaca, siendo un lector inocente otra vez.

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